DIEGO
GELMIREZ, LAS RAICES DEL LIBER SANCTI JACOBI Y EL CODICE
CALIXTINO
FERNANDO
LÓPEZ ALSINA (2013)
(cc
= Codex Calixtinus)
(hc
= Historia Compostelana)
Al
dar cuenta de los avatares del pleito por diversos arciprestazgos
y antes reproducir el acuerdo alcanzado en 1122 por
el arzobispo Diego Gelmírez y el obispo Munio Alfonso
de Mondoñedo y sus respectivos cabildos, el maestro
Giraldo califica a la sede jacobea como columna de la
justicia y la presenta como la iglesia más apoyada por
el poder eclesiástico y el temporal: «Compostellana
ecclesia, columna iustitie et ecclesiastica atque seculari
potentia magis suffulta» (1).
Giraldo
escribía hacia 1123-1124. Desde 1119 ocupaba el solio
pontificio Calixto II, tío del rey Alfonso Raimúndez,
que deseaba apoyar a su sobrino en sus aspiraciones
al reinado exclusivo en el reino leonés. En 1120 el
papa concedía a Gelmírez la transferencia de la metrópoli
de Mérida y la condición de legado pontificio para las
provincias de Mérida y Braga. El respaldo de los reyes
asturleoneses a la sede apostólica compostelana había
sido constante desde el siglo IX. No así, en cambio,
la postura del papado.
Desde
la segunda mitad del siglo XI, la organización eclesiástica
del reino y la posición de cada sede episcopal en el
seno de la iglesia universal pasó a depender de forma
creciente de la autoridad pontificia. La sede compostelana
estaba persuadida de la justicia que le asistía en sus
planteamientos, fundamentados en el concepto de sede
apostólica. León IX rechazó en 1049 este fundamento.
Compostela entendía que era de justicia que se reconociese
la primacía que le correspondía como sede apostólica.
No le faltaba el apoyo regio, pero precisaba atraerse
el pontificio. Para ello nada más oportuno que exponer
con claridad los alegatos. El cambio progresivo en las
relaciones de la iglesia compostelana con el papado
entre 1049 y la mitad del siglo XII está estrechamente
relacionado con un singular conjunto de monumentos literarios,
que toman cuerpo a lo largo de la carrera del primer
arzobispo compostelano. En ellos se exponen los argumentos
que esgrime Compostela para justificar el rango que
debe corresponder a la sede.
El
propósito de este trabajo es insertar una obra tan compleja
como es el Liber Sancti Jacobi en el contexto más amplio
que le da su pleno significado y mostrar así su estrecha
relación con la sede compostelana, en la cual se gestó,
creció y alcanzó su forma definitiva (2).
Diego
Gelmírez no tenía ninguna duda de la eficacia de la
acción del apóstol Santiago en la Iglesia universal.
Era de justicia para el Apóstol y su iglesia compostelana
que fuese la propia Iglesia universal la que admitiese
este papel, empezando por el sumo pontífice. De ahí
la ficción de atribuir el Libro de Santiago a Calixto
II y presentarlo como la compilación de unos materiales
elaborados con el concurso de aquella misma cristiandad
que reconocía y se beneficiaba de la acción apostólica
de Santiago el Mayor.
1.
DIEGO GELMIREZ ANTES DEL ACCESO AL EPISCOPADO :
LA
NUEVA LITURGIA, LA HISTORIA DE LA SEDE DE IRIA-COMPOSTELA,
Y EL RELATO DE LA EXPEDICION HISPANICA DE CARLOMAGNO
F.López
Alsina - D.Gelmirez y Codex. 1 (es) 
2.
DIEGO GELMIREZ, OBISPO :
EL
LIBRO DEL APOSTOL SANTIAGO, Y LA HISTORIA DE SU SEDE
SEPULCRAL COMPOSTELANA
F.López
Alsina - D.Gelmirez y Codex. 2 (es) 
3.
DIEGO GELMIREZ, ARZOBISPO :
LA
ACTUALIZACION DE LA HISTORIA DE LA SEDE EPISCOPAL COMPOSTELANA,
EL CHRONICON COMPOSTELANO, EL TUMBO A, Y LA AMPLIACION
DEL LIBRO DE SANTIAGO
F.López
Alsina - D.Gelmirez y Codex. 3 (es) 
NOTES
F.López
Alsina - D.Gelmirez y Codex. 4 (es) 
---------------------------------------------------------------------------------
retour
à Q.Culture
Codex

delhommeb
at wanadoo.fr - 12/05/2016
|