UN
DÍA EN EN CAMINO F.Relloso
- Camino de Santiago. Via de la Plata. (Diario)
Estoy
en un albergue, son las 5:30 o las 6:00 horas, y
ya el movimiento del personal en sus Iiteras me
despierta, me levanto, cojo mi toalla, que está
sobre la almohada, protegiendo mi cabeza de contactas
extraños, cojo mi aseo, y me lavo la cara y los
dientes. Recojo el saco, toalla, aseo y chancletas;
me masajeo los pies, me pongo los calcetines, estirándolos,
sin una arruga, me calzo las botas, asiento bien
los pies, las ato con cuidado, y bajo los calcetines,
para que no se metan entre calcetín y botas, piedrecillas
u otros elementos extraños, que molestan mucho al
caminar y/u obligan a parar y reparar; me pongo
los pantalones cortos, camisa y chamarra, el sombrero
(que abriga por las mañanas), la concha al cuello,
y el bordón de apoyo.
Si
hay cocina, me preparo un desavuno caliente, y si
no la hav, me tomo el zumo de frutas, comprado al
efecto, y... ¡peregrino al Camino!, despacito, bien
ajustada la mochila, y haciendo unos estiramientos
de musculos antes de empezar.
Ni
que decir tiene, que todo esta lo hacemos a oscuras
y en silencio, procurando no molestar a otras personas,
que duermen a esas horas. Echamos un ultimo vistazo
a nuestra litera, por encima y por debajo con ayuda
de la linterna, y con las primeras luces iniciamos
la etapa.
El
arranque de la jornada es lo peor, cuando te pones
la mochila, piensas, ¡no puedo con ella!, pero es
momentaneo, y durante los primeros kilómetras, luego,
bien adaptada y con la moral y fuerza de voluntad
que da el Camino, un paso detrás de otro, arriba,
abajo, a ritmo, adelante hacia Santiago, peregrino;
se anima uno mismo, y cuando calienta el cuerpo
y el músculo, da igual subir que bajar, y la mochila
forma parte de uno mismo, como si fuera su propio
peso.
En
el primer bar abierto, depende el tiempo y la zona,
a las 8:00 o a las 12:00 tomamos un café con dos
azucarillos y bolIería o tostadas, lo que nos ofrezcan,
hacemos un alto en el camino, sellamos si nos parece,
contactamos con otras peregrinos, y a seguir. No
conviene hacer paradas muy largas, mejor muchas
y cortas.
Seguimos,
miramos la guía, vemos lo que nos queda, nos planificamos,
y adelante peregrino, bebe agua y lucha; ese es
el lema, además de capacidad de sufrimiento, y echando
un paso detras de otro, a tu ritmo, se Ilega a cualquier
parte.
Más
adelante, disfrutando de la naturaleza, paisaje,
fauna y flora, lIegamos, normalmente pasado el ecuador
de la etapa, si nos lo permite el itinerario, y
hacemos un alto con descanso y aperitivo, al gusto,
que nos permita, si es preciso, sacar los pies de
las botas, airearlos, darles alcohol de romero,
cambiar los calcetines por otros secos, curar una
ampolla, etc.; en fin, lo que creamos oportuno,
es la parada larga de la jornada.
Si
la etapa es normal, 25 Km., tomaremos un pincho
o bocadillo, ya que Ilegaremos a las 14:00 al destino,
y podremos comer y cenar. Si por el contrario, la
etapa es de 35 o 40 Km., haremos una media comida,
ensalada, fruta, embutido, lo que nos permita nuestra
intendencia y/o servicios del lugar; ya que Ilegaremos
a destino a las 18:00 o 19:00 horas y haremos la
comida fuerte
en
la cena, ajustándonos al horario del servicio del
lugar. En las paradas, si hay servicio, es importante
reponer agua, mejor en establecimientos, por seguridad,
o minerai envasada, y reponer nuestras provisiones
si es necesario.
Seguimos
nuestro camino, después de reponer fuerzas, vamos
observando el campo, los animales, las construcciones,
esa gran iglesia, ese bonito crucero; si nos encontramos
con algun lugareño, le saludamos, nos interesamos
por el pueblo, sus cultivos, preguntamos por algún
monumento pasado o próximo, etc., suelen aportar
información interesante y enriquecedora, con sus
puntos de vista. Es la ocasión para recabar información
sobre el punto de destino, donde comer y/o dormir,
¿qué tal es el albergue?, contrastando y actualizando
la información que tenemos por la Guía y otros documentos.
Seguimos
adelante, disfrutando del Camino, metidos en nuestro
interior, y después de varios y cortos descansos,
que aprovechamos para beber agua, hacer estiramientos
y tomar algunas notas para luego pasar a nuestro
diario, lIegamos al fin de etapa.
Nos
dirigimos al albergue, sellamos la credencial, y
registran nuestros datos: nombre, edad, procedencia,
inicio de la peregrinación, a pie, etc., y nos adjudican
una litera, que ocupamos extendiendo sobre ella
el saco de forma inmediata, es la señal de ocupación
convenida.
Nos
quitamos las botas, que procuramos dejar en zona
ventilada, a ser posible, que no moleste en la habitación-dormitorio;
y con nuestras chancletas, toalla, aseo, ropa sucia
y muda limpia, vamos a la zona de duchas. Nos aseamos,
mudamos, lavamos la ropa, en algunos albergues hay
lavadoras, si no hay lugares para hacerlo a mano;
la colgamos en zona al efecto o lo preparamos con
nuiestra cuerda y pinzas. Ya relajados y con ropa
limpia, nos damos unas friegas de alcohol de romero
en los pies, y los dejamos ventilar al aire en nuestras
chancletas.
Es
el momento de la gastronomía, preguntar, contrastar
y elegir el lugar para comer. En prácticamente todos
los sitios se puede comer un buen menú por 6 ó 7
euros; también hay en los albergues cocina y vajilla,
y se tiene la opción de hacer la compra y prepararse
la comida; en estas casos, lógicamente, al terminar
se deja todo Iimpio y recogido. Es práctica habitual
entre peregrinos dejar lo sobrante en la cocina,
aceite, sal, café, pasta, etc., y/o hacer comida
abundante y compartirla.
Después
de comer, se puede uno echar en la cama a descansar,
con los pies ligeramente en alto, arrollar la manta
bajo los mismos, es el momento de curarse los pies,
si es necesario, y mantenerlos al aire.
Después
del descanso, se puede ojear la prensa, para saber
que pasa en el mundo y en la zona, visitar la población,
hablar con sus gentes, ver sus monumentos y/o edificios
mas notables, escribir el diario, plasmando las
incidencias y anécdotas del día,ñ y planificar la
etapa de mañana. A continuación, visitamos una tienda
de alimentación, donde nos proveemos de lo necesario
para el dia siguiente, agua, fruta, embutido, pan,
zumo o batido para el desayuno, y si no queremos
cenar fuerte, fruta y yogurt para antes de acostarnos.
Volvemos
al albergue, recogemos la ropa lavada y seca, cenamos,
hacemos la mochila, dejando fuera la ropa a Ilevar
durante la etapa, las chancletas, botas, calcetines
limpios, la toalla sobre la almohada y el saco;
la linterna a mano. La muda que nos hemos puesto
limpia, al final de la etapa, nos sirve de pijama,
y es la que lIevaremos al dia siguiente durante
la marcha.
A
las 22:00 debemos estar en la cama y en silencio
y no dar luces, respetando las normas de cada lugar
y a los compañeros que estaran descansando. A veces,
hay gente que ranca, es conveniente Ilevar unos
tapones para los oidos.
Hay
albergues con precio fijo, 3 ó 6 euros, y otras
de donativo voluntario, en los que cada uno aporta
lo que crea en conciencia.
Como
veréis al repasar este capitulo, la agenda dei peregrino
esta apretada, y no nos queda tiempo para aburrirnos,
muy al contrario, cuando la etapa es larga y/o se
nos complica por la IIuvia, andamos justos para
hacer los deberes.
Una
puntualización, los peregrinos en los albergues,
dejan sus objetos personales sobre la litera, y
las mochilas totalmente abiertas. Yo, en mi experiencia
de estos años, puedo decir que no he presenciado
ningún problema en ese sentido. No obstante mi recomendación
y práctica habitual es ser muy cuidadoso con los
documentos, dinero, y objetos personales de interés.
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