Consejos
para hacer el Camino de Santiago
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Lo
que hay saber antes de hacer el Camino por primera vez
Debido
a la gran acogida que han tenido los contenidos de consejos
para hacer el Camino de Santiago publicados en ViveCamino.com,
hemos decidido resumir y condensar la información de
mayor utilidad para el peregrino, para que tengas acceso
a ella en un sólo lugar. Además puedes ampliar mucho
más los consejos que te contamos más abajo accediendo
a los enlaces de cada temática, para no te lances
al vacío si decides hacer el Camino de Santiago por
primera vez. Seguramente si ya eres un veterano en la
Ruta Jacobea y ya has alcanzado la Catedral de Santiago
en varias ocasiones, ya conozcas algunos de estos consejos,
pero sin embargo no está de más que les eches un vistazo
por si puedes descubrir nueva información.
¡Buen
Camino!
¿Cómo
prepararse físicamente para el Camino de Santiago?
El
Camino de Santiago supone un cierto reto físico y mental,
principalmente porque la mayoría de nosotros no estamos
acostumbrados a caminar varias decenas de kilómetros
en días consecutivos. Esto no significa que si no estamos
en forma directamente tengamos que olvidarnos de hacerlo,
pero sin embargo tenemos que llevar una planificación
con al menos dos meses de antelación para comenzar a
prepararnos.
Lo
más importante en nuestro entrenamiento es lograr una
constancia en el tiempo, de tal manera que acostumbremos
a nuestro cuerpo y nuestra mente al desgaste de salir
a caminar de forma continuada. Darnos simplemente una
paliza la semana anterior al recorrer el Camino de Santiago
solo servirá para comenzar el viaje con los músculos
cargados y con riesgo de lesiones.
Como
decimos, es recomendable comenzar a salir frecuentemente
al menos 6-8 semanas antes de partir al Camino, comenzando
con caminatas cortas por terrenos sin demasiado cambio
de pendiente y al menos 4 veces por semana. Importante
que comencemos desde el principio a prepararnos con
el calzado que vamos a llevar al viaje.
De
manera gradual debemos ir aumentando la distancia de
nuestras caminatas y durante las 3 o 4 últimas semanas
intentar salir al campo para hacer alguna ruta de senderismo
sin demasiada dificultad, pero con cambios de pendiente.
Las dos últimas semanas es recomendable llevar con nosotros
la mochila que va a acompañarnos al Camino de Santiago
e ir llenándola para ir acostumbrándonos al peso.
¿En
qué época hacer el Camino de Santiago?
La
mejor época para hacer el Camino de Santiago es considerada
por muchos la primavera (finales de abril y mayo) y
el comienzo del otoño (todo el mes de septiembre y primera
quincena de octubre). Sin embargo somos conscientes
de que no siempre la mejor época coincide con nuestro
tiempo libre, algo que le ocurre a la mayoría de peregrinos.
La mayoría de nosotros decide partir a hacer el Camino
de Santiago en verano, cuando tenemos un tiempo más
largo de vacaciones, lo que provoca una notable masificación,
sobre todo en el mes de agosto y en los últimos 100
kilómetros del Camino Francés, el más transitado.
Por
tanto, la mejor época para hacer el Camino de Santiago
es la que mejor se adapta a nuestras necesidades. Si
dependemos de nuestro tiempo libre en vacaciones, una
buena idea sería recorrerlo en Semana Santa, cuando
encontraremos menos masificación que en julio y agosto.
Si nos vemos abocados a hacerlo en pleno verano, sería
buena idea hacerlo en las primeras semanas de junio,
cuando el calor todavía no ahoga en los campos de Castilla
y la densidad de peregrinos es menor (y por tanto los
problemas en los alojamientos). Si decidimos lanzarnos
a hacer el Camino de Santiago en plenas vacaciones de
invierno, debemos de tener en mente que algunos albergues
cierran sus puertas durante esos meses, por lo que deberemos
planificar mejor nuestras etapas. Por otro lado Hay
que tener muy en mente las inclemencias del tiempo e
ir muy bien preparados para el mal tiempo.
¿Qué
calzado es el más adecuado para caminar?
El
calzado es una de las partes más importantes de nuestro
equipo como peregrinos, ya que protegerá nuestros pies,
sobre los que reposará todo el peso de nuestro cuerpo
y mochila durante muchas decenas de kilómetros. Visto
así, es para pensarse muy bien qué calzado nos ponemos
¿no? Así es, el calzado no es algo que podamos descuidar
y si estás planificando la peregrinación por primera
vez, seguramente ya hayas oído hablar de que "no
se puede estrenar calzado nuevo en el Camino de Santiago".
No se puede tener más razón, y es que un calzado demasiado
rígido, que todavía no está hecho a la forma de nuestros
pies es sinónimo de rozaduras y
ampollas,
una carga que nos puede frenar en seco durante el Camino.
Así que llévate contigo calzado usado, pero lógicamente
que no esté demasiado desgastado, ya que también puede
producir rozaduras.
Si
estás buscando qué calzado llevar al Camino de Santiago
debes saber que tiene varias opciones en el mercado,
que deberás elegir dependiendo de la época en la que
recorras la Ruta Jacobea. El calzado habitual para los
meses fríos y templados son las botas de montaña, que
nos aislan del frío y nos sujetan el tobillo, aunque
como contrapartida pesan mucho y calientan más el pie,
pudiendo generar humedad (para que esto no suceda hay
que elegir un tejido transpirable). Para los meses de
verano, lo mejor es elegir unas buenas zapatillas de
montaña, con suelas específicas para senderismo, de
un menor peso y que consiguen que el pie transpire mejor,
evitando las ampollas, aunque no sujetan el tobillo
como las botas. Para los días de más calor, algunos
peregrinos optan por sandalias cerradas especiales para
senderismo.
También
es de vital importancia la elección de los calcetines
que usemos, que no pueden ser de algodón, ya que se
empapan y pueden producir ampollas. Debemos elegir calcetines
sin costuras, para evitar las rozaduras y hechos de
fibras, para que los pies transpiren bien.
¿Cómo
debe preparar el peregrino la mochila?
Cuando
llega el momento de planificar nuestra mochila, una
de las consideraciones más importantes es el peso total
que vamos a llevar a la espalda. Debe de estar en torno
al 10% de nuestro peso, por lo que para los hombres
no debería de superar los 7,5-8 kg y en el caso de las
mujeres los 6-6,5 kg, aunque se trate de cantidades
orientativas. Todo lo que nos llevamos con nosotros
al Camino lo vamos a tener que transportar a las espaldas
durante ¿una semana? ¿dos semanas? Por ello cuando empaquetes,
asegurate de llevarte sólo lo imprescindible, pensando
muy bien qué llevar en la mochila al Camino de Santiago.
A
la hora de elegir mochila para el Camino de Santiago
es muy importante que nos llevamos a casa un modelo
con sujeción en la cintura para poder repartir el peso
correctamente y no solo en los hombros. Por otro lado,
a la hora de empaquetar, debemos siempre colocar el
saco en el fondo y la ropa encima, mientras que los
objetos pequeños que más utilicemos en los bolsillos
laterales.
¿Cómo
planificar las etapas del Camino de Santiago a nuestro
ritmo?
Cuando
planifiquemos nuestra ruta hasta Santiago de Compostela,
con los días que tenemos disponibles tenemos que decidir
cuántas etapas hacemos y cuántos kilómetros recorremos.
En toda guía del Camino de Santiago, como la de ViveCamino.com,
encontrarás trazados prefijados de las etapas, con una
distancia fija, pero no tienes por qué cumplirlas al
pie de la letra, ya que siempre puedes
quedarte
a mitad de camino y alojarte en una localidad intermedia
(en rutas como el Camino
Francés no tendrás problemas con los alojamientos).
Lo
importante es adaptar la distancia de cada etapa a nuestra
condición física, la de los
que te acompañan y sobre todo las sensaciones que te
envíe tu cuerpo. Una buena
idea es comenzar el Camino de Santiago caminando distancias
conservadoras, como
15 kilómetros por etapa, para ir aumentando hasta una
media de 20-23 km al día.
Esta debería ser la distancia de referencia; aumentarla
ya es decisión de cada peregrino
según la dificultad de cada etapa o su condición física.
Si
te encuentras con molestias, lo mejor es que te tomes
un descanso e incluso dediques
un día a recuperarte, con el fin de evitar la aparición
de lesiones. Para ello es
importante ser estrictos con la pisada, apoyando siempre
todo el pie y adaptando nuestro
paso a los cambios de pendiente, además de hacer estiramientos
todos los días
antes y después de cada etapa. Si aun siendo precavidos
nos encontramos con una
tendinitis o un esguince, lo mejor es contar con los
servicios de un fisioterapeuta, lo
que no debería ser un problema en las localidades del
Camino donde más peregrinos
pasan cada año.
¿Dónde
dormir en el Camino de Santiago?
El
Camino de Santiago está lleno de alojamientos que dan
servicio al peregrino, una tradición
que lleva teniendo lugar muchos siglos. Con el boom
de la ruta jacobea a finales
del siglo pasado, cada vez encontramos una oferta más
variada en las localidades
por las que pasan las rutas del Camino, siendo el alojamiento
estrella para
los peregrinos el albergue. Pero no solo de albergues
vive el peregrino y es que a
veces nos apetece (o directamente necesitamos) un poco
de privacidad y horarios menos
estrictos para hacer turismo o descansar, y para ello
podemos alojarnos en multitud
de hostales, pensiones, cámpings u hoteles.
Dónde
dormir en el Camino de Santiago, como puedes comprobar,
depende sólo de tus
necesidades. Sin embargo el albergue es el alojamiento
tradicional para el peregrino,
encontrándose de dos tipos: públicos y privados. En
los públicos no vamos a
poder reservar, asignándose las plazas según orden de
llegada y con preferencia para
los peregrinos que llegan a pie, mientras que en algunos
privados se puede llamar
con antelación para avisar de nuestra llegada. En el
albergue es necesario presentar
la credencial del peregrino para poder alojarnos, y
allí mismo nos la sellarán
para que podamos seguir nuestra ruta. No te olvides
los tapones, ya que vas a
compartir sala con otros peregrinos y ten presente que
alrededor de las 22:00 - 23:00
horas se apagan las luces, ya que lo habitual es comenzar
a caminar con los primeros
rayos de sol del día.
¿Cómo
cuidarnos mientras recorremos el Camino de Santiago?
Lo
más importante del Camino de Santiago no es llegar a
Santiago de Compostela por todos
los medios, sino que nuestra travesía durante días o
semanas (en algunos casos
incluso meses) sea toda una experiencia. Todos queremos
recordar el Camino de
Santiago como un viaje inolvidable y no como un viacrucis
lleno de molestias e inconvenientes.
Para ello uno de los mejores consejos que te podemos
dar es la necesidad
de cuidar los pies en el Camino de Santiago, porque
ellos te llevarán a tu destino.
Tus pies necesitan que los mimes, que los masajees después
de cada etapa y que
a la primera molestia o ampolla actúes y no hagas la
vista gorda, ya que un
pequeño
inconveniente con el tiempo puede frenar en seco tu
Camino de Santiago.
También
es muy importante alimentarnos e hidratarnos en cada
etapa, sobre todo esto
último en los meses más cálidos del año, en los que
somos más vulnerables. No es
preciso que cargues con mucha comida en tu mochila,
pero siempre hay que llevar algo
encima por si acaso, sobre todo algo que contenga azúcar
por si nos da un bajón de
tensión (o podemos ayudar a un peregrino que lo necesite
en el camino). Lo más importante
es que nunca te falte el agua; no puedes depender de
las fuentes que encuentres
mientras caminas, ya que puede que no hallemos una en
muchos kilómetros.
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